Rodolfo Ybarra
El día de ayer, martes 4, nos constituimos un grupo de poetas y artistas de diferentes generaciones frente al edificio de la Dirincri para protestar por el secuestro policial de Melissa Patiño, acusada insólitamente por el cargo cantinflero y pomposo de “instigación al terrorismo internacional”, entre otras falacias. La reunión intentaba ser pacífica, incluso se planteó la idea de una lectura poética, la cual se cumplió a medias, por culpa tácita y recurrente de quienes están contratados para “(re)establecer el orden público”, pero terminan reprimiendo y saboteando un acto de buena voluntad que intenta la solidaridad y el irrestricto respeto a la libertad y a no ser detenido salvo por flagrante delito.
Al acercarse quien esto escribe para preguntar por la medida de fuerza exagerada al oficial encargado de la contramanifestación, objetó éste socarronamente que sólo recibe órdenes y que “no sabía nada, mayormente”. Por este tipo de acciones mecánicas y de estímulo-respuesta pavloviana podemos “entender” la inhumanidad de muchos policías y militares asesinos que por estos días desfilan por el Poder Judicial, echándose la culpa unos a otros y excusándose en su sometida voluntad.
Lo cierto es que luego de desalojar de la vía pública a viva fuerza al grupo de poetas y artistas entre los que estaban Rosina Valcárcel, Víctor Delfín, Miguel Ángel Arévalo, Rafael Inocente, Dante Castro, Gustavo Espinoza, Víctor Coral, Miguel Ildefonso, Domingo de Ramos, Salomón Valderrama, Cecilia Podestá, Florentino Díaz ,entre otros jovencísimos poetas, abrieron aguas con el rochabús enhiesto a la vieja usanza del delirante Alan de los ochentas cuando el pueblo enardecidamente reclamaba sus derechos reivindicativos y el cambio urgente de política económica y social.
Cabe anotar que este atropello y detención arbitraria a quien consideramos inocente de todo cargo ocurre en medio de una crisis sudamericana que involucra a Ecuador, Colombia y Venezuela, y por carambola y efecto dominó, a Perú, que recibió sorpresivamente -hace unas horas- en “cumbre de mandatarios” al presidente de Ecuador Rafael Correa, atareado en pedir ayuda y solidaridad diplomática mientras moviliza su ejército a la zona de frontera con Colombia. Lo mismo hace Venezuela en su zona limítrofe con el país de Álvaro Uribe.
Los motivos que detrás de estos países subyacen, implican no solo invasión de espacio territorial, alimentación monetaria a las FARC (300 millones de dólares por parte de Chávez y su petición expresa de “beligerancia guerrillera” en el trato a las FARC ante instancias internacionales) sino la vieja manipulación de EE UU y su viejo guión y plantilla de ¿cómo combatir la subversión en casa y fuera de casa? Total, Raúl Reyes, el número 2 de las FARC y en la práctica el número 1, fue eliminado en territorio ecuatoriano y eso –según parece- es lo que importa. A propósito de lo dicho, quisiera anotar que el señor Faverón en su blog Puente Aéreo apunta lo siguiente:
¿Cómo es que los ecuatorianos no están exigiendo a gritos la renuncia de ese papanatas que reclama por la incursión del Ejército Colombiano pero
se queda tan campante y feliz cuando una compañía de las FARC, armada hasta los dientes, viola su frontera y hace campamento en tierras ecuatorianas para planificar desde allí sus nuevas incursiones en territorio colombiano? ¿A qué otros grupos está dispuesto a alojar Correa? ¿También será tan amable, servicial, tan buen anfitrión, con los remanentes del MRTA y las columnas aún activas de Sendero Luminoso?,
Pero olvida Faverón que la realidad ecuatoriana –al igual que nuestra realidad- no es tan fácil de explicar y entre otros datos que agravan la situación, aparte de los cientos de kilómetros de frontera -de parajes inhóspitos- con Colombia marcados por el río Putumayo, prácticamente imposibles de cuidar, está el hecho de que Ecuador es el receptáculo de casi un cuarto de millón de refugiados colombianos, llegados en éxodo, entre los que inevitablemente estarían escondidos (unos de verde y otros de civil) miembros activos de las FARC.
En su columna de ayer, “Observador”, Mirko Lauer apunta: Una declaración de las FARC afirmando su presencia en la frontera (leáse el territorio) de Perú, hecha hace poco más de una semana, aconseja poner las barbas en remojo. No es solo la droga la que oscila entre un lado y otro del Putumayo. Con Ecuador y Venezuela erizados como ya lo están, la frontera peruana va camino de ser la más porosa, es decir necesitada de un refuerzo.Y en efecto, el mismo ministro ecuatoriano de Seguridad Gustavo Larrea, confesó que tuvo varias reuniones con el eliminado Reyes y que estos encuentros no fueron (en su mayoría) ni en Ecuador ni en Colombia y no da mayores detalles, lo que nos hace suponer que tuvo que ser en Perú, lo que ya nos ubica geopolíticamente como escenario latente de lo que está ocurriendo a las espaldas del conocimiento público, sobre todo en lugares donde la presencia del Estado es poco menos que un fantasma. No olvidemos que Montecinos y Fujimori fueron acusados (y cuasi probados) de llevar armas a la guerrilla colombiana. Dejo esto en manos de los analistas internacionales que de seguro deben de tener explicaciones más didácticas y detalladas sobre este delicado asunto.
Volviendo al tema de Melissa Patiño, nos extraña que hayan personas empecinadas en suponer por algún tipo de atisbo siniestro o duda cartesiana heterodoxa, la culpabilidad de una joven universitaria dedicada a la poesía y en cuyos textos no hay –por decirlo de algún modo- alguna carga política ni tan siquiera social. Dejo aquí un poema inédito de Melissa Patiño repartido el día de ayer por Javier Arévalo como una “prueba” -si se quiere- de la inocencia reclamada
[i] (salvo que se crea que “la nueva vida de color verde” a la que se refiere el poema sea el color del uniforme de las FARC), al mismo tiempo quisiera referirme, como ejemplo, a otra joven cuyos características a pesar de lo agravantes que puedan tener, no terminan por acusarla: me estoy refiriendo a Andrea Moretts, estudiante de filosofía de la UNAM (México), activista social y simpatizante del Ejército Zapatista quien cayó herida en el mismo lugar en que fue abatido Raúl Reyes; la joven herida ha sido trasladada a un nosocomio cercano y no pesan sobre ella -por lo menos hasta lo que las noticias de cable muestran- ningún cargo por subversión o “instigación al terrorismo internacional”, propio de una mente paranoide o de la líneas de fuerza de algún país dominante.
En otro párrafo de su artículo, Faverón dice:
Me llegan muchos comunicados, emails de personas que exigen la liberación inmediata de Melissa Patiño. Si es lo que procede legalmente, por supuesto que hay que exigirla. Pero, cosa curiosa, todos esos mensajes coinciden en algo: los escribe gente que dice que Melissa es inocente por completo y ofrece las siguientes pruebas: que Melissa tiene apenas 20 años; que quienes suscriben las cartas han hablado con ella un par de veces y les pareció buena gente; que Melissa escribe poesía; que colaboraba en un colectivo poético muy rico y productivo.¿Alguien me explica desde cuándo es el interés literario lo que hace inocentes a las personas? Yo, en mis años de universidad, también conocí a muchos chicos y chicas, jóvenes de veinte años o incluso menos, con gran interés en la poesía o en la danza moderna, muy activos en la promoción de las artes, con quienes hablé no una sino muchas veces y siempre me parecieron buena gente, y que resultaron sumergidos en Sendero Luminoso hasta el cogote.
Lo dicho aquí me parece grave y tendencioso, primero porque bajo ese criterio todos tendríamos que ser sospechosos o culpables de terrorismo o de algún otro crimen, no hay la apriorística de que “todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario” el concepto se muestra inverso (¿todos somos culpables hasta que se demuestre lo contrario?) y nos quita el aura protectora de la inocencia legal, la inocencia con la que se realizan las vidas humanas y se desenvuelve el mundo entero, al menos en teoría.
Esto parece la resurrección de los orwellianos y el retorno del martillo de los macartistas que acusaban esquizofrénicamente de comunistas a los mendigos en las calles y de estalinistas a los dueños de algunas cooperativas.
Segundo, me parece grave porque este concepto se basa en una ingenuidad retórica donde los amigos de Melissa nos vemos poco menos que estafados con la idea de que detrás de su discurso poético sosegado, detrás de su bohemia artística ligada a la performance (con su pareja el poeta Giancarlo Huapaya), y detrás de las conversas donde no había el clásico lenguaje retórico marxista leninista y ni siquiera el adjetivo o el vituperio o la crítica mordaz propios de una persona con cierta radicalidad política.
Melissa tendría que ser –como al parecer lo es para la estrábica y daltónica PNP- poco menos que el demonio o la hija del terror inconcebida de Abimael con “la compañera Nora”. Sé que lo dicho hasta aquí -en países como el nuestro- no basta para demostrar una inocencia “legal”, como tampoco bastan los testimonios sentidos de su madre o de su hermana, como tampoco la misma palabra de Giancarlo que se desgañitaba gritándole en la oreja a un policía las razones exactas por las cuales Melissa es inocente. Qué es lo que se quiere:
¿traer a la máquina de la verdad, el viejo polígrafo (en su primera acepción) con cables atados a los brazos, enchufes y tomacorrientes (quizás el suero de la verdad extraído de alguna serpiente)?, ¿o es necesario andar con documentos probatorios, certificados de antecedentes penales y judiciales, libros de José Ingenieros o la la Biblia en la versión de Cipriano de Valera bajo el brazo y polos con logotipo donde se indique que no nos interesa el terrorismo y que lo nuestro es la vida y el arte?
¿Necesitaremos acaso, cada cierto tiempo, acudir donde un organismo censor para que nos selle en la frente el clisé de INOCENTE?.
En lo que respecta a lo que parece ser la acusación “más grave” o sea la invitación (de carácter abierto) a participar en la Coordinadora Continental Bolivariana, es claro que -y ayer lo manifestó oralmente el periodista que dirige el programa de radio en Villa María del Triunfo donde participa nuestra amiga detenida- Melissa fue en reemplazo del director, atraída no por el video de Raúl Reyes arengando a las FARCs y a la “heroína” Sonia, sino porque ella, de fina sensibilidad social, es activista en eventos artísticos y participa constantemente tanto en su distrito como en otros lugares a donde se le invita.La coyuntura política remecida por los últimos acontecimientos y el estar en “el lugar y la hora equivocada” la han colocado cercana a Roque Gonzáles quien al parecer (y por lo que aseveran las confundidas autoridades) si tendría vinculaciones con la subversión. El hecho de que otra detenida representada por Aprodeh, Carmen Azparrent, hija de Fermín Azparrent, alcalde de Huamanga asesinado por Sendero Luminoso en 1989, reclame su inocencia a viva voz ante hechos confusos donde ella quiso ayudar solidariamente alcanzándole agua a los otros detenidos, nos hace pensar y deducir que todo esto no es más que un apurado montaje gobiernista para generar un cierto clima de confianza para los eventos internacionales que se vienen en nuestro país.
Por lo demás, Melissa Patiño, de 20 años, detenida e interrogada constantemente en los frías mazmorras de la Dirincri, ES INOCENTE y está libre de todo cargo que espuriamente se le imputa, y pido, exijo en nombre de todos sus amigos, poetas, artistas plásticos y dramaturgos -y hasta en lo que nos asiste la ley- su inmediata liberación, resarcimiento público y reparación civil ante tan terrible daño a su imagen y al de su familia.
Poemas de Melissa
[i] Día 1Toda nueva vida empieza con grandes convicciones, seguramente todo estará bien ahora que mis fantasmas han huido y que ya no olvido tapar la pasta dental después de haber lavado mis dientes.Hoy empieza mi nueva vida, aunque quizá la gente que me escuche no me crea, puede que digan pero si es la misma, claro, sigo en el mismo hogar de hace 20 años, aún no termino la universidad, tampoco he conseguido un “empleo seguro” (por el que reza mi mamá día a día y es el que yo no desearía jamás), ni siquiera he cambiado de novio, pero tengo una nueva vida, ésta es fresca y está recién ideada.Mi nueva vida es de color verde, como mi locura, la he estado gestando ya hace varios meses, pero recién hoy ha visto la luz de unas hojas en blanco y se hace real mientras la escribo.Es hermoso tenerla entre mis manos, observarla y acariciarla, mi nueva vida huele a café y entiende de libros viejos, me gusta demasiado escucharla, contarme todos los planes que tiene para nosotras. Además, dice que me ha soñado estrella de rock cantándole Tarde Ilusionada: mi nueva vida es muy graciosa.Hoy es un gran día, es mi primera noche durmiendo abrazada a mi nueva vida.Día 2Mi nueva vida me ha levantado con un beso y el desayudo en la cama, jugo de papaya, café, huevos revueltos, mi nueva vida sí que conoce de mis gustos.Aún estoy desperezándome, me estiro en la cama mientras ella anda buscando un buen libro para la mañana. Se ha acercado a mí con En busca del tiempo perdido de Proust. No sabía que tenía ese libro, debe ser uno de esos que trae toda nueva vida en su maleta.Está leyendo para mí, tiene una voz muy hermosa, mira las palabras, pero las lee como si las supiera de memoria, como si recitara algún antiguo, muy antiguo himno.Aún es de mañana, nueve o diez, todo está cambiando muy rápido, mientras yo me estoy enamorando de mi nueva vida.